El Silencio. Esa pesada carga
Esta simple invitación va directo a mi corazón. He dedicado un tiempo a dejar que haga eco dentro de mí.
Si nos paramos a pensar un poco en el ambiente que nos rodea, en nuestras 24 horas, quizás nos demos cuenta de algo: el silencio es una especie en peligro de extinción. Y como nos encanta lo de superar retos, hemos llegado a construir el lugar más silencioso de la Tierra. La abstracción total. Con su récord Guiness, pero ni ahí dejamos de oír sonidos.
Es obvio que el sufrimiento es parte de la vida. Nadie, literalmente nadie, está exento de ello. El gran Creador proporciona una interpretación filosófica profunda de esta afirmación: el mero hecho de la existencia humana implica sufrimiento porque todo en el mundo es efímero, transitorio. Su desaparición inminente se experimenta como una pérdida, causando dolor. Esta imperfección elemental en el mundo nos mantiene a todos en un estado casi permanente de ' dukkha' o descontento radical.
Tal miseria colosal infligida por un grupo de personas sobre otro o por los gobernantes de los gobernados podría llamarse sufrimiento sociopolítico. Esta experiencia reprensible, consecuencia de varios actos de comisión u omisión de personas poderosas en la sociedad que van a la guerra, imponen medidas económicas duras, siembran deliberadamente divisiones sociales o trabajan en beneficio de unos pocos sin tener en cuenta el bienestar de los más grandes, población impotente, es totalmente evitable. Hasta hace poco en la historia de la humanidad, esta violencia sistémica y esta opresión institucionalizada apenas se reconocía por lo que realmente es: algo que no fue dado sino hecho por humanos.
Es este sufrimiento provocado por el hombre, el que recientemente ha invadido nuestras vidas. No es inducido únicamente por VirusChino ni por la decisión de bloquear, sino en gran medida por cómo se manejó el bloqueo, recordándonos la frase de Arthur Schopenhauer: "el mundo es el Infierno, y los hombres son, por un lado, las almas atormentadas y el otro los demonios en él ". Cientos de trabajadores descalzos sin dinero, caminando penosamente bajo el sol abrasador. Una mujer embarazada cargando una carga sobre su cabeza, o acostada en un carro empujado por su esposo; una madre que da a luz a un bebé en el pavimento y momentos después se pone de pie para renovar su viaje o tira de una maleta rota sobre ruedas con un niño de cuatro años aferrado a ella; un niño de 10 años colapsado en la carretera, exhausto por el calor.
Pretendemos una nueva iniciativa abierta. Cada nueva era invita a un cambio audaz para beneficio a largo plazo. Las crisis convergentes de hoy ofrecen una oportunidad única para reinventar sistemas, valores y liderazgo. ¿Cómo podemos actuar de manera más inteligente y rápida para sociedades más creativas, justas y sostenibles? En un mundo que carece de confianza pública y narrativas positivas compartidas, las apuestas están aumentando junto con la inequidad y los riesgos planetarios.
Tener una voz vs. Ser escuchado
Tener voz y ser escuchado son dos cosas muy, muy
diferentes.
Muy a menudo, cuando escucho o veo a alguien
compartir su historia públicamente por primera vez, es seguido por el aliento
de amigos y seres queridos que dicen: "Serás escuchado".
En primer lugar, realmente aprecio a las personas que
dan este tipo de aliento; simplemente podrían permanecer en silencio, pero en
cambio alientan. Me encanta esto. Sin lugar a dudas, esto no es más
que una buena intención y probablemente tenga éxito en alentar a la persona que
ha compartido su historia. Una muy importante iniciativa.
Sin embargo, el problema es que tendemos a enfocarnos
en factores externos, cosas completamente fuera de nuestro ámbito de control.
Lo creas o no, es tan común (ridículamente común)
para mí escuchar a las personas decir que compartieron su historia con sus relacionados,
solo para ser descreídos o incluso ignorados. O bien, compartieron con su pariente
más cercano, solo para luego desanimarse de contarle a nadie más, para no
arriesgarse a posibles divergencias.
En otras ocasiones más públicas, leemos titulares
sobre acusaciones contra celebridades e individuos conocidos, a veces años
después del hecho. ¿Y qué sigue? Un lado defiende a los que hacen las
acusaciones y el otro lado ridiculiza, siempre me he preguntando por qué
tardaron tanto en presentarse si las acusaciones son ciertas, o acusándolos de
hacerlo por dinero o fama o por nombrarlo.
Estas historias son muy
familiares. Desafortunadamente. Pero, la verdad es que cuando ponemos
nuestro propio bienestar emocional en manos de otros, para ser dictados por sus
palabras, opiniones o acciones, incluso si son las personas más amorosas y
afectuosas en la tierra, nos abrimos por desilusión, angustia y un sentido
sesgado de autoestima. Lo peor de todo es que abrimos nuestros corazones a
las falsedades, a las mentiras.
Leemos de
personas que dicen: "Después de tener miedo y vergüenza durante años,
finalmente encontré mi voz y me di cuenta de mi valía, y eso cambió mi
vida".
¿Captaste el factor distintivo en esta
oración? Es grande, léelo de nuevo. Las voces de los individuos son
la clave para que sean liberados. No dependían de otros para ser escuchados, creerles o apoyarlos. En cambio,
encontraron la libertad al descubrir y usar sus propias voces.
Sus voces son propias, no están controladas por nadie
más y ofrecen un profundo sentido del propósito y valor a sus vidas.
Nadie puede quitar esto o controlarlo. No
importa qué. Puedo hablar por experiencia personal de que encontrar mi propia
voz no solo me trajo la libertad personal, sino que también me dio un sentido
de valor y propósito sabiendo que ahora también podría influenciar en positivo
la vida de los demás. Lo que solía ser una historia súper horrible de
repente se convirtió en este enorme activo que podría cambiar efectivamente la
vida de algunas personas.
Descubrir este nuevo propósito fue enorme para mí con
respecto a mi propio sentido de autoestima. Que por cierto, fue muy curativo y
liberador; abriendo un mundo de oportunidades que nunca creí posible. Un
hecho extraordinario, del cual nunca me imaginé compartir mi historia con la
gente, y ahora me encuentro escribiendo este blog enfocado en ayudarme a mi
mismo y a otros a hacer precisamente
esto. Liberarnos.
Mi generación ya va de paso. Es por ello, que debemos
dar de nuestras experiencias luz emancipadora. Claro, al que quiera escucharla.
En vuestro caso leerla.
Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
@raulamiel
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