Desarrollo Moral, Ético y de Valores @raulamiel
MisNotasDomingueras.-
junio 25 Se publica El Diario de Ana Frank
(1947). La familia Eraso, dona al Estado venezolano la Quinta de
Anauco para que sirva como sede del Museo de Arte Colonial (1958).
Nace George Michael (1963) Cantante y productor inglés. Última edición
de Mafalda (1973). Nace LelePons (1996) Cantante, modelo, humorista y presentadora
venezolana-estadounidense. En 2015, fue considerada dentro de los treinta
adolescentes más influyentes por la revista Time y en 2016, entre las
treinta personas más influyentes de internet por la misma revista. Muere
Michael Jackson (2009) Cantante, compositor, bailarín y filántropo
estadounidense. Día de la Gente de Mar.
Sabemos que nos permiten guiar la conducta humana en temas trascendentales, como qué es lo bueno, lo malo, lo justo y lo injusto. Propician el sentido de comunidad, en la medida en que las personas con valores similares tienden a agruparse, compartir cometidos y actuar de manera conjunta.
El
movimiento humanista en las
diferentes ciencias humanas ha ido logrando a nivel mundial una serie de “frutos”
de amplísima repercusión, tanto a nivel de derechos humanos, del niño,
de la mujer, como a nivel de acuerdos políticos, de desarme, de
comercio, de reducción del colonialismo, etc.
Como una especie de definición orientadora, pudiéramos decir que
la Educación Humanista es
aquella en la cual todas las facetas del proceso de desarrollo humano ponen un
énfasis especial en las siguientes realidades: unicidad de cada ser humano,
tendencia natural hacia su auto-realización, libertad y auto-determinación,
integración de los aspectos cognitivos con el área afectiva, conciencia y
apertura solidaria con los demás seres humanos, capacidad de originalidad y
creatividad, y jerarquía de valores y dignidad personales. Éstas deberán
constituir las metas hacia cuyo logro se orientarán las acciones de los educadores
en el aula planetaria en que vivimos. En esta aula abierta y universal
son educadores,
para bien o para mal, todas las personas que ocupan cargos o posiciones
públicas o que tienen una vida o comportamiento que está a la luz de sus
conciudadanos. Como dice un sabio adagio pedagógico, “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”.
En medio del cúmulo de incertidumbres, dudas y probabilidades que
rodean al ser humano, es lógico que éste busque algunos puntos de anclaje,
algunas certezas, alguna fe, que le sirvan como guía que ilumina
su camino o como bálsamo benéfico que mitigue las inevitables frustraciones y ansiedades que la vida engendra.
Por este camino, nos enfrentamos a dos conceptos: la inteligencia y la sabiduría; y es importante
puntualizar algunos de sus aspectos para mayor clarificación: la sabiduría, se distingue de la inteligencia. La inteligencia se
centra mucho en el uso del conocimiento; la sabiduría, en cambio, es muy
consciente de los supuestos que acepta y de sus propios límites. La persona
inteligente cae fácilmente en la automatización y la valora; la persona sabia
se resiste a la automatización del pensamiento y trata, más bien, de
contrarrestarla. Es posible, por otra parte, ser dogmático e inteligente al
mismo tiempo, pero no dogmático y sabio.
La
actividad creadora no es algo
reservado a personas ricamente dotadas o excepcionales: todo ser
humano normal puede
desempeñarse creativamente en mayor
o menor grado.
El pensamiento creador consiste en ver lo que todo el
mundo ve y pensar lo que nadie piensa. El verdadero proceso
cognitivo, la verdadera creatividad, son procesos favorecidos y propiciados por
un clima permanente de
libertad mental, una atmósfera general, integral y global que estimula,
promueve y valora el
pensamiento original, divergente y autónomo, la discrepancia razonada,
la oposición lógica, la crítica fundada.
No
solo es cumplir con lo que se promete a los demás, sino con uno mismo. Es
buscar mejorar, aprender, crecer y asumir retos de manera constante.
Los buenos hábitos son
aquellos que encaminan la existencia personal a la consecución de objetivos que
mejoran la calidad de vida. Es un elemento básico del aprendizaje humano que al automatizar ciertas conductas su realización se hace
rápida y certera. Los pensamientos que frecuentamos a diario sobre cualquier
cuestión se convierten en nuestra forma natural de reflexionar. Así
se transmite ese nuevo estado mental a nuestra conciencia. Cuando poseemos el potencial y la aptitud para transformarnos en la persona
a la que aspiramos
mentalmente ser, basándonos en criterios u opciones y
alternativas, unas veces de naturaleza ideológica y otras, incluso, con trasfondo ético.
Este cambio básico hace de todo ser un ser en relación, donde cada entidad
social está constituida por un grupo de relaciones que tiene con las demás
entidades, y requiere paralelamente un cambio en la educación. La nueva educación debe fijar como
una prioridad el sentido y conciencia de la propia responsabilidad, es decir, ser
sensible y percatarse de la repercusión positiva o negativa que la conducta
individual tendrá en las demás personas.
El Diálogo como Método es
imprescindible. Como la vida es siempre actualísima, urgente y no puede
esperar, si el hombre no posee a la mano la solución que las grandes disciplinas
culturales ofrecen a sus problemas, elaborará una cultura y una ética basada en slogans,
estereotipos y lugares comunes. Todo dependerá del valor con que reconozcamos
esta formación humanista, cívica y
espiritual.
Y
recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!
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