El Alma y el Cordón de Plata @raulamiel


#MisNotasDomingueras.-  enero 28  Ultimo domingo del mes. Muere Enrique VIII (1547) | Rey de Inglaterra y señor de Irlanda, durante su reinado unió Inglaterra con Gales, rompió con la Iglesia católica, disolvió los monasterios y se estableció como jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra o Iglesia anglicana. Es la religión predominante en Inglaterra, Nigeria y Australia. ¿Cuál es la Religión más Antigua aún Vigente?  Declaración de la Independencia de Maracaibo (1821). Se inicia la construcción de la Torre Eiffel (1887). Inicia el Cine en Venezuela. Se proyectan las primeras películas venezolanas de la historia, Célebre Especialista Sacando Muelas en el Gran Hotel Europa y Muchachos Bañándose en la Laguna de Maracaibo (1897). Día Nacional del Cine. Se funda el Instituto Postal Telegráfico IPOSTEL (1978). Primer Sello Postal de Venezuela. Carmen Conde se convierte en la primera mujer en ingresar a la Real Academia Española RAE (1979).

Todos humanos poseemos un alma que nos da la vida y nos aporta energía vital que favorece al dar una inteligente vida. Algunos sesudos critican la existencia del cordón de plata y meramente lo ven como algo allegado en nuestras mentes; y otras personas con prácticas de viajes astrales lo reflejan en el subconsciente como señal que es real y visible.  

¡Si uno puede verlo! Hay un hilo plateado que se extiende desde el cielo hasta la tierra. El hambre tensa la cuerda, la fe la hace vibrar, pero la oración es la mano extendida que tira de la cuerda.

Cuando esto sucede, las realidades invisibles cambian. Los ángeles suben y bajan por las escaleras de nuestros sueños. Arrancamos respuestas como tesoros del cielo; el Eterno misterioso se convierte en el Ahora palpitante. 

Se levanta el telón del escenario de la historia y Dios se revela una vez más como el personaje central. Se podrían utilizar muchas palabras descriptivas para captar esta acción:

Develación. Presencia. Descubrimiento. Históricamente hemos usado otra palabra: Avivamiento.

Sin embargo, bajo nuestros pies, el suelo lo sabe mejor. A medida que la tierra se llena de gemidos y lágrimas, nosotros también llegamos a saberlo mejor. En lo profundo de nuestras almas el Espíritu da testimonio de un grito eterno: ¡Dios es fiel! ¡Él responderá en el día del poder!

Imperceptiblemente, año tras año, ese cordón plateado se ha tensando. Nuestra visión se ha ampliado. Se alzan las voces. Un necesario clima de expectación comienza a fermentar en nuestras almas. Lo que comenzó con debilidad y temblor poco a poco se convirtió en un rugido entrecortado y ensordecedor. Una gloriosa tormenta de expectación se formó en el horizonte. 

Algo esta cambiando. Sí, conocemos las historias de avivamiento de antaño: los Grandes Despertares. Gales. Azusa. Hébridas. Avivamientos de tiendas de campaña. Avivamientos curativos. Lluvia tardía. El Movimiento de Jesús. Cruzadas africanas. La explosión de la iglesia clandestina china. Los avivamientos argentinos. Toronto. Brownsville; que tan a menudo se equipara con acciones obvias de Dios. Como la evidencia visible de la floración de una flor que suele estar precedido por años arduos de cultivo de tierra y raíces. 

Pero ¿dónde estamos en este “crescendo”? ¿Se inclinara la historia y el cielo ante nuestros gritos? Aprovechamos esta esperanza, sólo para finalmente darnos cuenta de que una esperanza inquebrantable se ha apoderado de nosotros en el proceso. 

Habremos llegado a lo que los físicos llaman un horizonte de sucesos. No puede haber vuelta atrás. Hambrientos, sedientos, llenos de fe, clamamos aún más: debemos tener avivamiento ahora. ¿Para quien? Por nuestros hijos, nuestros nietos. Por el futuro de las naciones y ¿nos atrevemos a decirlo? ¡Si!...  Es la cosecha final, no oramos por lo que nos faltaba en el Espíritu, sino desde la posición de lo que hemos ganado.

En este desierto de decadencia moral, hay lugar para no abandonar la esperanza. ¿Podría haber algo en camino de eclipsar cada movimiento del pasado reciente y lejano? Por lo tanto, pedimos un avivamiento. Lo pedimos ahora. A veces somos demasiado tímidos para nombrar la cosa y mencionarla porque es más fácil cubrir nuestras apuestas y retroceder, para no quedar decepcionados.

Pero todavía hay más.  Esto no es una cosa pequeña. Significa que estamos llegando a saber que ya no somos huérfanos; estamos creciendo en madurez. ¿Por qué? Porque ya no nos define la incredulidad, sino la expectativa amorosa de que nuestro Padre se complace y seguramente responderá a nuestro clamor. Mientras el cambio no esté completo, ya no rogamos, creemos. Miramos al cielo no con miedo sino con una sonrisa, sabiendo que la lluvia prometida seguramente llegará. 

Amigos míos, este clamor seguramente será contestado. Ese amor seguramente prevalecerá. La salvación seguramente vendrá en el día del poder. 

Alcanza y extiende la mano. ¿Lo sientes? El cordón plateado está apretado. No hay holgura. El Avivamiento está listo.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

 

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