La Sociedad “Informática” @raulamiel

 

#MisNotasDomingueras.- febrero 18 Muere   Miguel Ángel (1564) Arquitecto, escultor y pintor italiano. Nace Alessandro Volta (1745) | Físico y químico italiano, inventor de la pila eléctrica en 1799. Nace Michio Suzuki (1887) | Ingeniero, empresario y político japonés, fundador de Suzuki Motor Corporation. Nace José Antonio Casanova (1918) Beisbolista venezolano. Nace Humberto Fernández Morán (1924) Médico y científico venezolano. Se descubre el planeta Plutón (1930). Nace Toni Morrison (1931) Escritora estadounidense, ganadora del Premio Pulitzer en 1988 y del Premio Nobel de Literatura en 1993. Fue la primera autora afroamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura. Primeros Ganadores en la Historia del Premio Nobel. Nace Yoko Ono (1933) Artista conceptual y aristocracia japonesa, perteneciente al movimiento vanguardista de la década de los 60. Fue la segunda esposa de John Lennon. Nace Paco Rabanne (1934) Diseñador de moda español. Casa de Moda más Antigua del Mundo. Es demolido el Hotel Majestic de Caracas para dar paso a las obras del Centro Simón Bolívar (1949). El Majestic fue uno de los centros de reunión de la alta sociedad caraqueña y el hospedaje de grandes artistas, como Carlos Gardel, Aquiles Nazoa, Aldemaro Romero, entre otros. Nace John Travolta (1954)  Actor, cantante, bailarín y productor estadounidense. Muere Robert Oppenheimer (1967)  Físico teórico estadounidense, conocido como el padre de la bomba atómica debido a su destacada participación en el Proyecto Manhattan que desarrolló las primeras armas nucleares de la historia, durante la Segunda Guerra Mundial. Se estrena la película Patton (1970). Muere Charles Stewart Mott (1973) Empresario estadounidense, fundador de la compañía automovilística General Motors junto a William Crapo Durant. Luis Herrera Campins realiza la primera devaluación importante del bolívar frente al dólar en la historia, conocido como el viernes negro (1983). Historia de la Devaluación del Bolívar frente al Dólar. Día Mundial de la Mujer de las Américas. Día Mundial del Síndrome de Asperger.

Hoy en día, hay una tesis que dice que vivimos una “revolución tecnológica” y sobre todo informática. Haciéndola más independiente y se habla del “poder del ciberespacio”

A medida que el mundo cambia, también cambia la información y su uso. La llamada “revolución tecnológica” primero y después “revolución informática” no es otra cosa que la actualización y multiplicación (casi al infinito, es verdad) de la cantidad de información disponible para las personas. Pero, como en tantos otros casos, esa sobreinformación, ahora utilizable y no antes, poco o nada nos dice de la calidad de la misma. Ni mucho menos acerca de criterios de verdad/falsedad en relación a esa calidad. Posiblemente, la oferta informativa supere la demanda. Esto determina la devaluación de esa información.

Es cierto que la sociedad dispone de mayor información que nunca antes, pero no lo es que esa masa de información asegure una mejor calidad de la misma. Más bien se registran casos inversos. En el entorno digital actual, la proliferación de información requiere que se necesiten cada vez más interpretar, filtrar y evaluar esa información. 

Siempre, históricamente hablando, el poder estuvo en manos de aquellos que tienen y usan la mejor información. Esta no es una característica exclusivamente del presente. En todos los tiempos pasados fue perpetuamente así. Históricamente, los déspotas del mundo han aprovechado sistemáticamente a favor de sus planes de dominación todos los avances e innovaciones tecnológicas que han ido apareciendo a lo largo de los tiempos.

Desde mi punto de vista, el mundo está lejos aún de una despolitización total de la sociedad, y los medios tecnológicos no son la causa de lo que se señala como contrario. Los medios informáticos no son más que instrumentos transmisores. No son actores de ningún cambio de fondo. Porque la información no forma, sino que como su mismo nombre lo indica, sólo informa. Y -como en tantos otros casos- la cantidad va en desmedro de la calidad, en un proceso similar al que se verifica en el campo de la economía con la inflación, en el que la emisión de cada nueva unidad monetaria degrada su propio valor en relación al conjunto. Se obvia, con mucha ligereza, la calidad del conocimiento que, nuevamente insistimos, nada nos dice sobre la calidad del mismo.

Si bien es cierto que la sociedad de la información, apoyada en el uso de las tecnologías en el campo de la comunicación, ha provocado una fuerte evolución en nuestra vida diaria, este auge tecnológico implica una transformación en diferentes contextos: educativo, familiar, social, cultural y político. No esta exento de riesgos como apuntábamos antes.

A medida que los algoritmos y los flujos de datos penetran cada vez más en todos los aspectos de nuestras vidas, es imperativo desarrollar suficientes lentes teóricos y diseñar enfoques para humanizar nuestros dispositivos y entornos informáticos. Están en juego las dimensiones humanas de la sociedad, que pueden perder terreno frente a la eficiencia y el desempeño calculador, ya sea al servicio del gobierno, el capital, las redes criminales o incluso una mafia general concatenada en las redes sociales.

El reciente aumento de las “infodemias” son formas de desinformación y mala información que saturan las plataformas de medios contemporáneas, moldeando la opinión pública para promover agendas. Internet en general y las redes sociales en particular han relativizado, a través de sus flujos de información globales, complejos e instantáneos, los supuestos sobre la verdad y la autoridad en contenidos basados ​​en hechos. 

Esto ha creado nuevas oportunidades para que los actores estatales utilicen información más allá de las concepciones tradicionales de propaganda para atacar directamente la concepción de la realidad del público. Además, casi cualquier persona tiene la capacidad de cuestionar las afirmaciones probatorias únicamente a través de narrativas e imágenes, ya que existe un gran apetito en línea por realidades alternativas. Esto requiere nuevos enfoques de la alfabetización mediática en la educación, las artes creativas y nuestros actos de consumo y difusión de medios. 

Las formas en que las plataformas de redes sociales amplifican y catalizan los mensajes de políticos e influencers, la ambivalencia de los algoritmos que pueden generar y detectar información problemática, cómo las noticias falsas imitan el estilo de los memes para ganar tracción social. Riesgos éticos de tecnologías cada vez más “inteligentes”.

Demasiadas  preguntas planteadas sobre los trastornos de la información en los campos de la comunicación, la psicología social, la interacción persona-computadora, el periodismo, los medios de comunicación, la semiótica y arte de los nuevos medios. Sobre lo que debemos indagar y dar respuesta.

La desinformación y los engaños a los que popularmente se hace referencia como “noticias falsas” están acelerando y afectando la forma en que las personas interpretan los acontecimientos diarios. Las noticias falsas y las sofisticadas campañas de desinformación son especialmente problemáticas en los sistemas democráticos, y existe un creciente debate sobre cómo abordar estas cuestiones sin socavar los beneficios de los medios digitales. 

La industria de las noticias debe ofrecer periodismo de alta calidad para generar confianza pública y corregir las noticias falsas y la desinformación sin legitimarlas. Las empresas de tecnología deberían invertir en herramientas que identifiquen noticias falsas, reduzcan los incentivos financieros para quienes se benefician de la desinformación y mejoren la rendición de cuentas en línea. Las instituciones educativas deberían dar alta prioridad a informar a la gente sobre la alfabetización periodística. Finalmente, las personas deben seguir una diversidad de fuentes de noticias y ser escépticas respecto de lo que leen y ven. Desarrollar un verdadero pensamiento crítico. Que les permita desgranar el trigo de la paja.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!

 

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