La Vida al Revés @raulamiel
#MisNotasDomingueras.- ¿Has visto las noticias últimamente? Probablemente te quedaste con la sensación de que el mundo no era como debería ser. La verdad es que no lo es. Cambiar el mundo radicalmente significa ponerlo en su lugar.
Si eres literalista, quizás estés pensando que no se puede poner el mundo patas abajo. Porque en cierto sentido, siempre está patas arriba, ¿o no?
Me emociono muchísimo leyendo “Hechos”. Se lee como una novela de acción. Hay viajes a lugares exóticos, conspiraciones e intrigas a raudales. ¿Escaparán los buenos de las maquinaciones asesinas de los malos? Pablo y sus compañeros discípulos estaban revolucionando el mundo antiguo. En cierto momento, un grupo de habitantes furiosos, que no querían cambiar su forma de vida, agarró a algunos discípulos y los arrastró ante las autoridades de la ciudad con esta furiosa acusación:
Hechos 17:6 NVI
“…Estos que han trastornado el mundo entero también han venido acá.”
Cuando eres joven y sano, es fácil creer que tienes el control de tu vida y que eres dueño de tu propio destino. Pero rápidamente pueden surgir circunstancias que demuestran claramente que todos los seres humanos somos criaturas finitas con auténticas limitaciones, límites y vulnerabilidades físicas, mentales y emocionales. En última instancia, el sufrimiento en sus diversas formas nos invade y nos muestra como criaturas temporales y mortales.
En Hechos 17, vemos una acusación de precisamente eso, cuando Pablo y Silas llegan a Tesalónica, proclamando a Jesús como Rey. “...También aquí han venido estos hombres que han trastornado el mundo”, grita la chusma, ”... diciendo que hay otro rey, Jesús” ¿Cómo? Proclamando que Jesús es Rey.
Ahora bien, esta acusación en particular era contra Pablo y Silas en Tesalónica, donde Pablo estaba hablando en la sinagoga acerca de Jesucristo.
El concepto de "resistencia, carácter y esperanza" se discute a menudo en el contexto del sufrimiento y la perseverancia, particularmente en contextos religiosos y filosóficos. Romanos 5:3-5 en la Biblia, por ejemplo, afirma que el sufrimiento produce perseverancia, la perseverancia produce carácter y el carácter produce esperanza. Esto sugiere un proceso donde las pruebas y tribulaciones, al ser enfrentadas con RESILIENCIA, pueden conducir al desarrollo de un yo más fuerte y virtuoso y una perspectiva más segura sobre el futuro.
Desde ese tiempo a la fecha el mundo ha dado muchas vueltas. En la nota del domingo pasado escribíamos sobre reinventar el futuro. Al final de todo ello la clave para su logro es la resiliencia. Si, así como lo leen.
La resiliencia se refiere tanto al proceso como al resultado de adaptarse con éxito a experiencias de vida difíciles o desafiantes.
Resiliencia, en todo caso, significa tener la flexibilidad mental, emocional y conductual, y la capacidad de adaptarse a las demandas internas y externas. Es tu capacidad para resistir la adversidad, recuperarte y crecer a pesar de las adversidades de la vida.
Es importante tener en cuenta que ser resiliente requiere un conjunto de habilidades que se pueden desarrollar con el tiempo. Desarrollar la resiliencia requiere tiempo, fuerza y la ayuda de quienes te rodean. Probablemente también experimentes algunos contratiempos en el camino. Depende de tus comportamientos y habilidades personales, como la autoestima y la comunicación. Factores externos, como el apoyo social y los recursos disponibles, también influyen.
Ser resiliente no significa no experimentar estrés, trastornos emocionales ni sufrimiento. Demostrar resiliencia implica trabajar con el dolor y el sufrimiento emocional. La flexibilidad, la adaptabilidad y la perseverancia pueden ayudarte a desarrollar tu resiliencia al cambiar ciertos pensamientos y comportamientos.
Desarrollar la resiliencia es complejo y personal. Implica una combinación de fortalezas internas y recursos externos, y no existe una fórmula universal para ser más resiliente.
Dicho esto, concluimos que resiliencia es la fuerza fundamental que utilizamos para sobrellevar la carga de la vida y poner todo el empeño posible para reinventar ese mejor futuro deseado y ponerlo patas abajo.
Y recuerda... Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!
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