Destino a la Felicidad @raulamiel

#MisNotasDomingueras.- El destino hacia la felicidad a menudo es una trampa donde las personas piensan que la alegría se encuentra después de alcanzar un objetivo (nuevo trabajo, casa, etc.), pero el sentimiento se desvanece; la verdadera felicidad es un viaje continuo, una forma de vida, una dirección enfocada en conexiones significativas, gratitud, propósito, superación personal y encontrar alegría en el momento presente, no un lugar final al que llegas. Se trata de un progreso constante y de alinear tus valores con tus acciones diarias, no de esperar un futuro escenario de “... y si entonces...”

La felicidad es un viaje, no un destino. La felicidad no es un estado que algún día alcanzaremos para siempre, sino un proceso continuo que requiere trabajo y práctica.

Si te preguntara cuál es tu mayor motivación, ¿cuál dirías? ¿Dirías que es el éxito, tener relaciones amorosas, marcar la diferencia en el mundo o ser rico? Quizás sea todo lo anterior, aunque hay un denominador común para todas ellas: ser feliz. Todos queremos ser felices, ¿verdad?

Algunos dirían que la búsqueda de la felicidad es la mayor motivación de la humanidad. Para muchas personas, este es el objetivo principal  de su vida. Hacemos lo que hacemos con la esperanza de encontrar una mayor felicidad. Es intuitivo pensar que si valoráramos tanto la felicidad, seríamos más felices.

Entonces, ¿qué significa esto si queremos florecer y experimentar una mayor felicidad? ¿Deberías simplemente ignorar esta tendencia natural y no preocuparte por lo que sucede en la vida? Claro que no, pero requerirá aprender y desarrollar un plan de felicidad. Un plan en el que incorpores ciertas cosas y te esfuerces conscientemente por cambiar tu forma de vivir. Aprender a encontrar nuestra propia dirección en la vida es clave.

«La buena vida es un proceso, no un estado del ser. Es una dirección, no un destino». Esta cita es del difunto psicólogo Carl Rogers y añadió: «Estoy convencido de que este proceso de la buena vida no es para los débiles, implica desarrollar y desarrollar cada vez más las propias potencialidades. Implica la valentía de ser. Significa lanzarse de lleno a la corriente de la vida. Sin embargo, lo profundamente emocionante del ser humano es que, cuando el individuo es interiormente libre, elige este proceso de desarrollo como la buena vida».

Esta es una descripción de cuándo las personas están en su mejor momento, viviendo sus vidas a su máximo potencial, haciendo cosas que encuentran significativas y con propósito, sintiendo placer y alegría en sus actividades y participando en relaciones gratificantes e íntimas. Pero ¿cuántas veces hemos escuchado el dicho de que la felicidad es una dirección, no un destino; un proceso, no un resultado?  Sin embargo, al reflexionar sobre mi vida, veo que durante gran parte de ella viví como si lo que hacía hoy solo fuera valioso por lo que traería mañana.

La felicidad no es algo que nos sucede, no es algo externo que encontramos en el camino; se trata de cómo nos relacionamos con nuestra existencia y la postura que adoptamos ante la vida. Hasta que aprendamos eso, la felicidad siempre será esquiva.

Aprende a ser agradecido. Concentrarse en aquello por lo que estás agradecido es una forma fundamental de empezar a experimentar más felicidad. Lleva un estilo de vida saludable. Existe una fuerte relación entre la dieta, la actividad física, el sueño y el estado de ánimo. Si quieres ser más feliz, duerme lo suficiente: ni demasiado ni demasiado poco. Medita. La meditación puede ayudarnos a relajarnos, a vivir el momento presente y a ser más conscientes de nuestros pensamientos y emociones. Cuando estamos profundamente relajados y nuestra mente y nuestro cuerpo están en calma, nos recuperamos rápidamente del estrés. Desarrollar una práctica de meditación puede ser una excelente manera de afrontar una vida ajetreada y generar emociones más positivas. Que dan armonía y bienestar y por ende mayor cúmulo de felicidad.

Finalmente, las personas se vuelven más confiadas en sí mismas, se atreven a sentir sus propios sentimientos y a confiar en su propio sentido de sí mismas y de su singularidad en el mundo.

Y recuerda...  Ciudadano en Acción. ¡juntos es Mejor!

 

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